Este proyecto nació durante largas esperas en las estaciones del subte de la ciudad de Buenos Aires. Quizás por el aburrimiento, quizás por la soledad, cada vez que bajaba a un andén, comenzaba a tararear la melodía que había previsto para la voz en la canción “Nadie”, allá por 2004 ó 2005, en Montréal, cuando escribí esa canción. Con el tiempo, comprendí que la letra original que había escrito no me complacía y esos ensayos subterráneos me dieron nuevo material con el cual reemplazarla. Primero, escribí una versión en inglés, sin estribillo, que mientras la cantaba frente al ventilador del andén me hacía recordar ciertas sensaciones que había experimentado escuchando discos de Swans. El resultado era intenso e hipnótico. Al poco tiempo, supe que esa letra la usaría para una nueva canción y no para aquella que le había dado origen inicialmente. Luego, escribí una nueva versión, en castellano en la que conservé las ideas y la temática de la que había escrito en inglés, aunque decidí cambiar el estilo narrativo y recuperar la melodía del estribillo de la antigua versión canadiense que había descartado para poder adaptarla a la música de la canción original, pues quería conservar su estructura y muchos de sus arreglos. Finalmente, esta letra tampoco la usé para “Nadie”, sino para una nueva canción. Ya tenía material para tres canciones, todas con cierta relación y algo que las emparentaba. Entonces, decidí que “Nadie” sería instrumental. Le agregué guitarras, trompetas y sonidos que no existían en su primera versión. De esta manera, tomó una nueva forma enriquecida armónicamente que propone algo diferente a la música que he hecho en el pasado, lo que justificaba seguir trabajando en un nuevo álbum.
Este es el segundo álbum que firmo como ENSAMBLE DESMEMBRADO y, como el anterior, es un álbum conceptual. La primera diferencia con el primero: en lugar de haber fusionado todas sus partes en una sola pista, decidí presentarlas independientemente, sin embargo, el oyente atento logrará reconocer elementos en cada una de ellas que las interrelacionan y que las hacen interdependientes. La segunda: colaboraron en este proyecto nueve personas. Golpeando objetos, revoleando cosas, encontrando sonidos inusuales para contribuir a la aspereza de la obra; recitando textos sin aparente relación que, a pesar de esa primera impresión, se han transformado en fragmentos de una única voz.
Propongo que se escuche este disco como un viaje sin escalas, respetando el orden de sus pistas, de principio a fin, para que sea apreciado tal y como fue concebido.
ARRASTRA UNA PLEGARIA
Nunca logré respetar un único género o estilo musical en ninguna de mis composiciones. Ésta no iba a ser la excepción. Interesado más por las texturas de sonido y la repetición recurrente que por las melodías evidentes y el cambio constante, me propuse crear una pieza de música ambiental. El resultado, la fusión de universos tan dispares como un taller mecánico, una obra en construcción y una cripta en la que resuenan las oraciones de un grupo de seguidores de algún culto primitivo que se dejan llevar por la cadencia hipnótica de su persistente plegaria.
SE ESTANCA UNA LÁGRIMA RESECA
En un mundo en el que debe reinar el contraste para conseguir lo más cercano al equilibrio, no podía hacer otra cosa que reducir la tensión generada por la primera pieza del álbum y ofrecer un minuto de aparente calma. Casi como un minuto de silencio.
LLEGA PARA VOLVER A EMPEZAR
Partes, porciones, fragmentos. Palabras sueltas que al encontrarse crean sentido, sensaciones. La voz como único instrumento la había usado en una pieza que grabé para el álbum “Mi reloj biológico no necesita cuerda”. La enorme diferencia: en aquella época tuve la posibilidad de grabar solo en cuatro pistas, para este nuevo experimento tuve acceso a cuarenta y una.
MULTITUD EN SOLEDAD
Relatos truncados. Relatos silenciados. Relatos ocultos. Voces que suenan y aparentan no concretar ninguna idea. Voces que son acalladas brutalmente por un contexto adverso. Voces que buscan su espacio narrativo. Texto incompleto. Texto que recupera su sentido en la pluralidad de las voces que lo narran, que lo recitan, que tratan de hacerlo audible. Texto que existe, a pesar de todo condicionamiento que se le imponga. Uno no existe sin el otro. El otro se desdibuja al confrontarse con uno. Nada que decir. Todo por decir. Un mundo por descubrir.
RETUMBA AQUEL INCESANTE LAMENTO MISERABLE
Todo nace del movimiento. El movimiento constante que raspa, que frota, que roza, que a veces cruje, que otras sacude y da un golpe seco que hace subir los decibeles de lo que hasta ese momento aparentaba un susurro embriagador, cautivante, casi relajante.
Todo nace de pequeñas porciones de sonido. El sonido se apila, se mezcla, se fusiona, se complejiza. El sonido proviene de diversas fuentes que han tenido su origen en voluntades diferentes que jamás hubieran imaginado que congeniarían y, mucho menos, que lograrían sonar al unísono.
PALABRAS PARA QUE SE LLEVE EL VIENTO
Podríamos definir a esta pieza como “música electro-mecánica” pues la nota pedal sobre la que se apoya la composición ha sido producida al grabar el sonido provocado por las aspas de un ventilador removiendo y golpeando el aire espeso de los túneles del subterráneo de Buenos Aires, a lo que se le suma el rugido constante de su motor.
SIN TORMENTO NI LATIDO
La materia prima es el aire. Medio gaseoso que propaga el sonido de los golpes, de las vibraciones, de los roces, con los que producimos nuestra música. ¿Qué pasaría si incitáramos al aire, golpeándolo, haciéndolo vibrar, rozándolo o frotándolo, provocándolo, para que produzca su propia música?
TRES MINUTOS DE ESPERA
Para grabar este tema sentí la necesidad de retrotraerme en el tiempo y desempolvar equipos que no usaba desde hacía más de veinticinco años. Sabía que el espeso sonido que buscaba solamente lo lograría usando cintas y explorando las tonalidades que se producen al ejecutarlas a distintas velocidades. Fue así que el sonido de la cinta magnetofónica arrastrándose, casi agonizante, sobre el cabezal de lectura del aparato me permitió extraer sonoridades impensables, únicas a este medio analógico, con las que crear bucles en reposo en los que el paso del tiempo resulta imperceptible.
NADIE ESCAPA
Esta canción ha resucitado de entre los restos de la información digital que había intentado preservar en discos flexibles. Ha sido recuperada en viejos discos de computadora que encontré luego de mi mudanza de Montréal a Buenos Aires. En la versión original que compuse en 2004 ó 2005, los sonidos provenían de un solo sintetizador, mientras que en esta versión he apilado y combinado sonidos de varios sintetizadores y órganos para construir el timbre preciso para cada arreglo, para cada arpeggio, para cada melodía. Lamentablemente, las pistas de percusión de la primera versión fueron destruidas tras la desmagnetización de una parte de los discos en los que las había almacenado. Sin embargo, creo, aunque no tengo forma de justificarlo, que los nuevos arreglos y los nuevos sonidos de percusión son infinitamente superiores. Además, cumplo en informar que esta canción ha tomado su forma instrumental a la fuerza ya que todas y cada una de las copias de la versión original de la letra que escribí en Canada fueron incineradas, desintegradas y desmaterializadas para que nunca nadie logre acusarme de haber escrito una letra tan despreciable.
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