Un nuevo proyecto, una nueva intención, una nueva búsqueda, una nueva forma de hacer música. Necesitaba un nuevo nombre para identificarlo.
Decidí no continuar con MADRID SOLO porque la nueva propuesta me parecía menos intimista. No podía decidirme por MADRID ENSAMBLE porque, a la hora de la verdad, trabajé completamente solo para este proyecto. De manera que, ya que no participaron otros “miembros”, surgió el concepto de “desmembrado” que se unió al de “ensamble”. Juntos, estos dos conceptos, se convirtieron en una nueva idea en la que coexisten dos nociones opuestas: “unir” y “desunir”; y dan como resultado un oximorón que traduce a la perfección mi propósito de mostrar que estaba trabajando sobre los extremos, sobre los opuestos, sobre la polarización.
Este álbum es una obra conceptual, es decir que debe ser escuchado como un todo, de principio a fin. Dura 48 minutos, sin ningún tipo de pausa intermedia. Dada la intensidad de la obra y con la voluntad de reflejar desde el título el nombre de la única parte que podría considerarse “una canción” (incluida a la mitad del álbum y que lleva el nombre de “Azote”), me decidí por un título que abarcara y conjugara esas realidades.
CUARENTA Y OCHO AZOTES
La obra comenzó como un desafío que le planteé a mi mujer al comienzo de nuestro noviazgo. Un día en el que había escrito un arpegio de guitarra, recuerdo que le dije que a partir de esa breve expresión musical concebiría y realizaría un álbum completo. Es cierto que me tomé mi tiempo: estuve grabando, seleccionando material y editándolo durante cerca de tres años.
Con la preocupación de no repetirme adopté el “vale todo” y fui construyendo la obra a partir de improvisaciones, instalaciones, sonidos encontrados, melodías y ritmos compuestos y estudiados: me permití hacer todo lo que se me iba ocurriendo. Fue así que en algún momento pensé que introducir una canción en el medio del álbum era una excelente idea. Buscando entre las canciones que ya tenía escritas pero que nunca había ni terminado de completar, ni grabado en forma definitiva, encontré “Azote”. Esta canción la debo haber escrito en 2004 ó 2005 cuando vivía en Canadá. Estaba bastante avanzada, aunque la letra original no me parecía demasiado interesante. La cambié casi por completo. Solo conservé algunos versos del estribillo y la pregunta con la que comienza cada estrofa: ¿Quién cree?
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